martes, 26 de abril de 2011

¿Dónde estará mi casa?

¿Has sentido alguna vez
la necesidad de estar en casa?
No en la tuya, ni en la mía,
ni en la de tus padres,
ni siquiera,
en la casa de alguien.


Simplemente eso;
unas ansias incontenibles
de estar “en casa”.
De sentirte relajado,
cómodo, a gusto, en paz.


Aquella necesidad,
de sentirte parte y
núcleo de lo que te rodea,
de las gentes
que pasean a tu vera,
del sol que trata
–inútilmente-
de entibiar tu piel.


¿Has sentido alguna vez
la sensación de ser
un invitado no deseado
en tu propia vida.


De ser un extranjero
en cada casa, en cada reunión,
en cada lugar, pecho,
madrugada, aliento...


La necesidad de huir
del mundo, de la realidad,
del destino, de ti mismo?


Llevo horas intentando
escribir un poema
y lo único que soy
capaz de plasmar
en este mísero papel
es este lamento que,
escapándose de mi silencio,
se convierte en garabato;

¡Cuánto deseo estar en casa!