sábado, 8 de febrero de 2014

Olmos y Cerezos-Jorge Espina














Es verano.
Nos acostamos sobre la hierba
A la sombra de un árbol.
Contemplamos las ramas.
No vemos el mismo árbol.
Yo digo que es un olmo,
Tú dices que es un cerezo.
Para ti todo son cerezos,
Existe una mirada interior.
Aunque te prestara mis ojos
No verías el mismo árbol
Sonríes.
Te parece bien que yo vea un olmo
Sonríes.
Aunque me prestaras tus ojos
No vería el mismo árbol.

Pasa el tiempo.

Tú ya no estás.

Todos los olmos
Se tornan
Cerezos.

Reverdecer / Ediciones Baile del Sol

Sufres-Alejandro Céspedes













Sufres el espejismo de la noche
que rellena los vasos
y te envía sus sombras alcahuetas.
Pero el día se empeña en recordarnos
que la noche es la niebla que separa el miedo,
y la escarcha que asoma detrás de los cristales
se afila en una larga estalactita
que es preciso beber para saber que estamos
juntos, aunque ya existe una frontera
trazada entre los dos como una herida
que no quiere curar, ni emponzoñarse.

En la cima del sueño
el día tensa el arco.

El primer haz de luz que nos alcance
nos dejará desnudos de promesas.
Recoge esas palabras en desuso
antes que la mañana nos dispare.
No me dejes caer en la tentación,
y líbrame del mal,
del bien,
de la esperanza.

Las palomas mensajeras sólo saben volver / Ediciones Hiperión